2D vs 3D, BIM vs CAD, CAD vs DAM…
2D vs 3D, BIM vs CAD, CAD vs DAM. Para el que no lo sepa DAM viene de «dibujo a mano», siglas inventadas por un servidor para hacer un poco más evidente lo absurdo del mundo en el que vivimos. Para hacer más fácil la comprensión al lector, voy a describir tres personajes ficticios que más de uno se habrá encontrado en su vida profesional. Incluso es muy posible que el lector, en un alarde de honesta autocrítica profesional, se reconozca a sí mismo en ellos.
- «Old school DAMMAN». Formación-> 8 años de universidad para obtener el título de Arquitecto Superior en el año 1980. Su trayectoria profesional comenzó en la época en la que faltaban profesionales con formación universitaria y culminó con una burbuja inmobiliaria. Nunca le ha faltado trabajo ni ha necesitado actualizarse más allá de lo relacionado con catálogos de materiales y productos de construcción.
- «Super-CADchitect». Formación-> 11 años de carrera para obtener el título de Arquitecto Superior en el año 1999. El nivel de exigencia universitario le hizo repetir muchos años, y durante la burbuja inmobiliaria parecía que tantos años de formación serían bien remunerados de por vida. Antes de desinflarse la burbuja ya comenzó a sufrir la devaluación de sus aptitudes, pero siempre se negó a aceptar que tenía que reciclar sus técnicas. Prefería pasar largas noches sin dormir para terminar sus trabajos, ya de por sí mal pagados.
- «3D new-age guy». Formación-> 6 años de carrera para obtener el Grado en Arquitectura (que no le habilita como Arquitecto) y un Master en BIM Management and 3D Parametric Modeling cursado en EEUU en el año 2018. En sus años de estudios de grado aprendió a hacer renderizados fotorrealistas. Esta habilidad le sirvió para empezar a trabajar haciendo imágenes a pedido para concursos de arquitectura y otros clientes por internet, y así ganarse el pan en los años peores de la recesión económica, que coincidían con los de mayor gasto universitario en su carrera.
¿Cómo se ven entre ellos?
Old school DAMMAN, está muy orgulloso de su bagaje. Nunca admitirá que Super-CADchitect puede pensar proyectos bastante más complejos que él y producir los planos en menos tiempo. Según él, Super-CADchitect sólo es un delineante moderno. Y, por supuesto, piensa que el «3D new age guy» es sólo un subproducto de la mala formación universitaria y de los caprichos del mercado en nuestros tiempos. Según él, «el chico de los 3Ds y del fotoshó» sólo tiene trabajo porque los concursos y los clientes piden imágenes fotorrealistas. Pero eso no es Arquitectura, es sólo una moda. Un ejercicio innecesario de marketing.
Super-CADchitect está convencido de que no necesita más para triunfar. Ha estado más de diez años estudiando una carrera en la que los profesores le aseguraban que formaría parte de una élite intelectual y económica. Mira por encima del hombro a los Old School DAMMAN, porque no se actualizaron en su momento a las técnicas de dibujo asistido (CAD). Sin embargo, piensa que con su formación y su experiencia en los años de burbuja inmobiliaria es suficiente para ser competente como profesional. No está dispuesto a seguir formándose en nuevas técnicas que, según él, son más de lo mismo. Además, está convencido de que el 3D hace que se piensen y se desarrollen peor los proyectos.
3D new-age guy siente que el mundo es injusto. Nunca la formación universitaria ha salido tan cara a sus ciudadanos y nunca ha sido peor remunerado un título. Encadena trabajos cuyos contratantes regatean sin pudor los honorarios y cuyos jefes ni siquiera entienden sus capacidades. Ve a los Old School DAMMAN como gente que no tiene nada que aportar a los equipos, profesionales que abanderan una experiencia inútil en los tiempos que corren. Por otro lado, para él, los Super-CADchitect sólo son personas que viven en un mundo que ya no existe, con técnicas que son un lastre para su trabajo. Cada vez más, siente que no tiene que aprender nada nuevo ni actualizar sus aptitudes, ya que en el mundo de los ciegos el tuerto es el rey. Y cree que en un mundo con tantos ciegos en el peor de los casos él siempre será el tuerto.
La clave no está en la herramienta, sino en la actitud.
La división entre estas caricatura, que cada uno verá más o menos realista, no sólo ha sido expuesta como forma de clasificar profesionales, sino como una verdadera barrera a la hora de trabajar. La barrera no es conceptual, como otros factores sociológicos como la riqueza, la educación o la edad. Estos personajes se han ido perfilando con años de mucho trabajo sin visión crítica sobre su carrera profesional. Estos tipos de profesionales los creamos nosotros con nuestras acciones en el día a día, por una cosa en la que los tres protagonistas de la historia fallan: la actitud.
*Actitud colaborativa e integradora.
A largo plazo, la peor de las consecuencias de un sistema económico enfermo son los efectos en la cultura empresarial y de trabajo. Hoy todos estamos sufriendo impulsos egoístas y absurdamente competitivos, según los cuales parece que para ganar uno tiene que salir perdiendo el resto. Todos podemos aportar algo para un objetivo común, independientemente de nuestra edad, sexo, formación o cultura.
*Actitud curiosa y de actualización continua.
Ser curiosos nos impulsa a no parar de aprender. Desgraciadamente la formación parece estar, con demasiada frecuencia, encaminada a certificar más que a enseñar o a entrenar. Esto provoca que los alumnos, después de años de formación, asimilen el estudio y la práctica como un mal necesario. Trabajar, ser productivos y enriquecerse es parte de la vida, como lo es seguir mejorándonos a nosotros mismos.
*Actitud comunicativa y propositiva.
Aunque parezca innecesario decirlo, comunicar nos permite compartir información. Ser comunicativos y generosos con la información genera una comunidad profesional y unos equipos de trabajo más ricos y cohesionados. Esto nos permitirá expresar mejor nuestras capacitaciones ante nuestros compañeros, nuestros contratadores y nuestros clientes.
A más cohesión, SORPRESA ¡más valor añadido!
Hemos utilizado las técnicas de expresión gráfica como vehículo para exponer lo profundamente divididos que están los equipos de trabajo en el sector del diseño y las ingenierías en la construcción.
Las técnicas de dibujo, modelado, de diseño y de proyecto deben ser siempre un medio, una herramienta que nos ayude a ofrecer un servicio o un producto final. Desde luego no sirve de nada si utilizamos nuestras aptitudes para lanzarlas a la cabeza de nuestros compañeros, sea éste un lanzamiento paramétrico, dibujado con un spline o hábilmente a mano alzada.
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